Mi indiferencia me llevó a ver el Cielo.

Nelson Rivera narra cómo su vida estuvo plagada de dificultades y desafíos desde una edad temprana, creciendo en un ambiente difícil rodeado de influencias negativas fuera de su hogar como el bullying y la violencia sexual. A pesar de estos desafíos, Nelson sintió una inquietud interna y un anhelo por algo más significativo, lo que lo llevó a experimentar con distintos caminos, algunos alejados de sus valores cristianos.

En su juventud, Nelson se vio envuelto en actividades que lo sumieron en una vida de pecado, atrapado en un ciclo de adicciones como los videojuegos y la pornografia. Esta etapa de su vida estuvo marcada por el descontrol y la desesperación, llevándolo a tocar fondo en múltiples ocasiones y momentos de indiferencia. Sin embargo, en medio de esta oscuridad, Nelson mantuvo la esperanza de encontrar una salida.

La transformación de Nelson comenzó con un momento de claridad divina, incluyendo una experiencia sobrenatural donde Dios le mostró el infierno y el cielo. Esta revelación fue un punto de inflexión que lo sacudió profundamente, llevándolo a decidir hacer un cambio radical en su vida. Empezó a buscar ayuda para superar sus adicciones y alejarse de la vida de pecado. Este proceso, aunque lleno de altibajos, fue sostenido por su creciente fe en Dios y el apoyo de personas que creyeron en él. La fe se convirtió en su ancla durante este turbulento caminar.

La reconexión de Nelson con su relación con Dios fue crucial en su recuperación. A través de la fe, encontró un nuevo propósito y una fuente de fortaleza para enfrentar sus problemas. Descubrió que la oración y la comunión con Dios le daban paz y dirección. Esta fe renovada le permitió perdonarse a sí mismo y a otros, y comenzar a construir una vida basada en principios cristianos.

El caminar de Nelson dio un giro significativo cuando decidió dedicar su vida a ayudar a otros que enfrentaban situaciones similares. Utilizó su testimonio y su experiencia personal como una herramienta poderosa para conectar con jóvenes y adultos luchando con la adicción y la violencia. Su historia, impregnada de fe y redención, inspiró a muchos a creer en la posibilidad de cambio a través del poder de Dios.

En su caminar, Nelson también enfrentó desafíos en su vida personal y familiar. Sin embargo, a través de la oración, la comunicación y el apoyo mutuo, pudo fortalecer sus relaciones y construir un entorno más saludable y amoroso. La comprensión y el amor de su familia, junto con su fe en Dios, jugaron un papel vital en su proceso de recuperación y crecimiento personal.

Hoy en día, Nelson Rivera es un testimonio viviente del poder transformador de Dios. Su historia es un recordatorio de que, sin importar cuán bajo se caiga, siempre hay una oportunidad para levantarse con la ayuda divina. Nelson continúa compartiendo su mensaje de esperanza y fe, ayudando a otros a encontrar el camino hacia una vida mejor bajo la guía y el amor de Dios.